Que no existe ningún borrador, que yo escribo sin pensar, que me sale del corazón.
lunes, 8 de octubre de 2012
Vives el pasado porque no soportas un presente y no quieres un futuro para seguir de frente.
Todas las mañanas suena el despertador ese maldito móvil con la misma canción, ya que no has descansado pero como siempre te has dormido, despiértate con la Energía ya que es esa la canción de tus buenos días, que te despierta siempre pensando en la misma..
Sin fuerzas y si ganas te levantas de la cama, no tienes motivación porque no estarás tú ni si quiera al pendiente de ese "Buenos días princesa, ¿Quieres que vaya a buscarte a casa para llevarte a clase?, ¿Por qué no vas a ir hoy tampoco a clase?, ¿Quieres que vaya a verte por la mañana a tu casa?, ¿Quieres que te lleve a comer apartados del mundo?, ¿Quieres pasarte una tarde inolvidable en nuestro parque y que todas los señores se nos queden mirando?, ¿Quieres por último venirte a mi casa donde voy a vivir y pasarte una noche como la que nunca jamás podrás repetir?" Ya lo sabes princesa, todo a cambio de tan poco, un tan solo soy para ti.
Llegas al baño a lavarte la cara, a despertar de ese mundo que te imaginas con ella para poner los pies en la tierra, para saber que ni siquiera te hablas con ella, que haces para saber de ella lo imposible y para que tenga una vida feliz aunque sea sin compartirla, sin ella, sin todo...
Te empiezas a vestir te da ya igual las pintas que vas a llevar, ya que en ti nadie que te importe se va a fijar, desayunas cualquier cosa, acabas rápido y te piras corriendo haber si con suerte te cruzo en la calle pero sin que me veas, escondiéndome...
Seis horas diarias en las cuales me amargo, ni en el cambio de clase ni en el descanso logro despejar solo durante ese tiempo mataba por hablar contigo, por decir que pienso en ti, por demostrártelo, por...
Antes solía correr, caminar o lo que hiciese falta para llegar siempre a la misma hora y al mismo sitio pero si ahora es para nada ya que pasas de ir a hacerte daño, a que llegar y no sea a i al primero que vas, que ya no soy yo el que te espera por algo, sino más bien, el que te espera sin más.
Llegar de nuevo a casa y ver siempre a la misma persona repugnante de todos los días, siempre con sus manías y que con la única que se porta de verdad es contigo, princesa.
Tardes y tardes...
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